Cuando el consumo de alcohol se eleva se disparan los efectos negativos para la salud. Desde la básica deshidratación hasta el ataque al hígado o la aceleración de la enfermedad de Alzheimer, las consecuencias son múltiples. Además, según una reciente investigación, también se impulsa la inflamación del cerebro y se produce un cambio en el comportamiento que dispara la impulsividad.
El estudio de un grupo de científicos de la Universidad de La Jolla (Estados Unidos) ha confirmado que levantar el codo multiplica las posibilidades de momentos de agresividad que se explican en gran parte por el contenido de las bebidas. Al mismo tiempo, se ha revelado una relación entre el sistema inmunológico y el alcoholismo.
La base de la modificación del comportamiento se encuentra en la inflamación que se produce en determinadas áreas del cerebro, especialmente entre los adictos. "Estos cambios inflamatorios en el cerebro podrían explicar las decisiones arriesgadas y la impulsividad que vemos en personas con trastornos relacionados con el alcohol", explicó en la presentación de los resultados Marisa Moreno, catedrática de Neurología en Scripps Research y firma principal del estudio publicado en la revista científica Brain, Behavior and Immunity.
La ciencia ya ha demostrado que ingerir alcohol reduce el cerebro y acelera el envejecimiento, pero los investigadores también habían observado algunos indicios de cambios en el cerebro gracias a las autopsias a alcohólicos. Por ejemplo, al examinar este órgano de los cadáveres se habían registrado niveles altos de interleucina 1 beta.
Así que los expertos decidieron experimentar en su laboratorio californiano con roedores para profundizar en su conocimiento. Indujeron una dependencia al alcohol a un grupo de animales y después comprobaron que en el córtex medio prefrontral había al menos el doble de acumulación de interleucina 1 beta respecto a los ratones normales.
¿Qué significa la mayor presencia de la interleucina beta en el cerebro? Por una parte, estos niveles suelen estar asociados a procesos autoinflamatorios y afectan al sistema inmunológico. Por el otro, la zona del cerebro en que se localizaron los agrupamientos está relacionada con la gestión de emociones y comportamientos. Es decir, que el elevado consumo de alcohol propicia tanto la inflamación del cerebro como la correspondiente impulsividad en el comportamiento.
Para los autores del estudio, los hallazgos no solo muestran la conexión entre el consumo excesivo de alcohol y la toma de decisiones, sino que puede servir para localizar la zona en que los fármacos podrían ayudar a reducir o eliminar los trastornos relacionados con el alcoholismo.
2023-03-18T12:06:12Z dg43tfdfdgfd