Los estudios científicos han demostrado que tu forma de envejecer depende solo un20% de tu genética. El 80% restante está condicionado por otros factores como la alimentación. Un ejemplo de muchos es una investigación de la Universidad de Duke (EE. UU.) que revela que hábitos como seguir una dieta baja en grasas, azúcares y sal, pero rica en antioxidantes, hacer ejercicio regularmente, mantener un peso adecuado y reducir el estrés son las claves para mantenerse joven durante más tiempo.
La mayoría de los procesos que ocurren durante el envejecimiento o que provocan enfermedades degenerativas se deben a la oxidación de moléculas importantes, como el ADN, los lípidos o las proteínas, por la acción de los radicales libres.
Buena parte de ellos se producen debido a la actividad metabólica del organismo, es decir, como resultado de la respiración o de la digestión. Pero otra parte procede de la contaminación ambiental, el tabaco, la exposición al sol, los medicamentos...
Por eso es tan importante incluir antioxidantes en la alimentación. Estas sustancias son capaces de bloquear la acción de los radicales libres y con ello los procesos de oxidación que deterioran el cuerpo con el paso de los años.
Los alimentos más ricos en antioxidantes son las frutas y las verduras. Y está demostrado que quienes siguen una dieta rica en vegetales protegen su salud y mejoran su aspecto físico.
Una buena pista para saber si tu dieta te está ofreciendo los antioxidantes que necesitas es observar la variedad de colores de los alimentos que tomas: rojo, verde, amarillo, anaranjado... Cuantos más, mejor. El colorido es una de las características de la dieta mediterránea por su diversidad de frutas y verduras, que te aportan estos nutrientes, entre otros:
Pero los antioxidantes no son las únicas sustancias esenciales para cuidar tu piel y mantenerte joven. También necesitas tomar:
Estos son algunos de los alimentos que, además de proteger tu salud y alejar las enfermedades, te cuidan por dentro para que tu piel se mantenga joven más tiempo:
Te aporta proteínas, vitaminas D y del grupo B y, sobre todo, ácidos grasos omega 3, que ayudan a reducir la inflamación e irritación de la piel y la mantienen hidratada. Además, contribuye a controlar los niveles de colesterol. Procura comer pescado 4 veces a la semana, y dos de ellas que sea azul.
Su alto contenido de compuestos sulfurados le confiere un efecto quimiopreventivo (reduce el riesgo de cáncer de mama, entre otros). Ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares y es laxante, diurético y depurativo. Para que no pierda nutrientes, cocínalo preferiblemente al vapor durante 4 minutos.
Aporta ácido oleico, una grasa monoinsaturada cardioprotectora. Al no estar refinado, conserva sus compuestos fenólicos, que sonantioxidantes y antiinflamatorios.
Es un probiótico que, gracias a sus microorganismos vivos, te ayuda a mantener el equilibrio de la flora bacteriana intestinal, fundamental para las defensas y el tránsito intestinal. Por su riqueza en calcio, proteínas, fósforo, zinc y magnesio, tambiéncontribuye a tener unos huesos sanos y fuertes y prevenir la osteoporosis.
Aportan más vitaminas, minerales y fibra que los refinados. Mejoran la digestión y el tránsito intestinal, y ayudan a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y tumores (de mama y colon).
Sus polifenoles lo convierten en un buen escudo contra los radicales libres. Además es cardiosaludable, favorece la circulación sanguínea y contribuye a prevenir el envejecimiento prematuro, especialmente el del cerebro. Toma solo una onza de chocolate negro al día.
Su vitamina C es indispensable para la producción de colágeno, necesario para mantener en buena forma la piel, previniendo la flacidez, y también los huesos. Además, estimula las defensas, ayuda a asimilar el hierro, reduce el riesgo de cataratas y de ciertos tipos de cáncer.
Es rica en ácido elágico, que frena la degradación del colágeno por el sol, y en antioxidantes como las antocianinas, que mantienen en buen estado los vasos sanguíneos y protegen los tejidos y los órganos de las enfermedades degenerativas. Una investigación realizada por científicos de Israel e Italia sostiene que beber un vaso de zumo de granada al día reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Al igual que las almendras, aporta grasas omega 9, fundamentales para una correcta humedad de la piel. Su contenido de vitamina E y provitamina A, ambas antioxidantes, ayuda a proteger la piel de la acción de los radicales libres. De hecho, su pulpa se utiliza para la elaboración de mascarillas para el cuidado del cutis.
Recuerda que una dieta antienvejecimiento debe ser baja en sal, ya que esta provoca retención de líquidos y hace que acumules toxinas. Las especias y las hierbas aromáticas, como romero, tomillo, orégano, albahaca, te permiten reducir la cantidad de sal al cocinar. La cúrcuma, además, tiene efectos antiinflamatorios, y el jengibre es digestivo y ayuda a reducir el colesterol y el dolor articular.
Otra especia antiedad es la canela, que puedes usar en sustitución del azúcar. El exceso de azúcar daña el colágeno, provocando que la piel pierda firmeza y flexibilidad. La canela, además, tiene efecto termogénico, que ayuda a quemar calorías al subir la temperatura del cuerpo.
La escasez de líquidos se descubre rápidamente en el cutis porque se reseca, pierde flexibilidad y notas sensación de tirantez. Con estos hábitos podrás prevenirlo:
Te conviene aligerar la dieta de calorías, porque el exceso energético es una gran fábrica de radicales libres. El motivo es lógico: cuantas más calorías tomas, más tendrán que trabajar tus células en la digestióny, en consecuencia, más radicales libres producirán.
Pero ¡cuidado!, no confundas una dieta baja en calorías con una “pobre” que no te dé todos los nutrientes. La clave está en eliminar esas calorías que no solo no te aportan nada bueno, sino que son un peligro para tu salud, como grasas y azúcares.
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