El doctor Claudio Alejandro Jiménez quien es neurólogo, neurofisiólogo y director del Centro de AVC en el hospital Simón Bolívar habló en los micrófonos de Salud y Algo Más a cerca de el síndrome de popcorn brain o en español cerebro de palomitas de maíz, esta es una condición que hace que los pensamientos salten y cambien continuamente lo que hace que la atención sea dispersa. Las consecuencias de este síndrome pueden ser muy serios si no se tratan, entre estos, se puede destacar la perdida de la memoria, disturbios del afecto, trastornos mentales, entre otros problemas.
Cuando se habla de la concentración, es importante recordar que en el cerebro no se encuentra un lugar especifico o región del cerebro que se dedique a esta función, pues este utiliza varias zonas, por lo que si no se mejora la concentración se puede perder la capacidad de utilidad de diferentes regiones lo que puede afectar a todo el cerebro.
Más allá de las relaciones interpersonales, es verdad que las las pantallas disminuyen la capacidad de recepción de información, por ejemplo, aquellas personas que un concierto se dedican a grabar, tendrán como recuerdo la pantalla más allá de la realidad del acontecimiento, por lo que olvidara todo lo que pasa a su alrededor y lo que sus sentidos pudieron captar, disminuyendo la amplitud de los recuerdos afectando constantemente a la capacidad de concentración.
Por otro lado el profesional contó que una de las cosas vitales para la salud mental y física del cerebro son los vínculos y las relaciones interpersonales, pero para que los vínculos aporten a la salud mental se requiere que estos sean físicos y no virtuales, pues somo seres que han construido un esquema de sociedad a partir de las relaciones, se hace difícil cambiar instantáneamente las dinámicas, además, este tipo de relaciones genera burbujas sociales que alejan a las personas de la realidad y los hacen menos empáticos, generando problemas en la salud mental.
Es importante lograra diferenciar estas dos situaciones, pues podría llegar a sufrir de un problema de sobrediagnóstico, pues lo síntomas y las formas en las que se comporta este síndrome podrían llegar a ser similares con el trastorno de déficit de atención e hiperactividad.
El profesional sugiere en primer momento procurar cambiar los hábitos de vida, reducir el uso excesivo de dispositivos móviles, la mala alimentación, mejorar los hábitos del sueño, son cambios que podrían mejorar la situación previo a una intervención con medicamentos, sin embargo, de ser necesaria .
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