NI LA DIETA NI EL EJERCICIO: EL SECRETO DE LA LONGEVIDAD ES EL CUIDADO DE UNA MADRE SEGúN UN ESTUDIO

El secreto de la longevidad es una de las obsesiones de la sociedad contemporánea. Vivir el mayor tiempo posible y, si puede ser, con la mejor apariencia, la eterna juventud. Se busca el milagro en cremas, dietas, clínicas... Aunque lo cierto es que la evidencia científica no valida ninguna de estas fórmulas externas más allá de la dieta saludable y el ejercicio físico, la investigación continúa y ahora un estudio alumbra un nuevo factor a tener en cuenta: la relación con la madre.

El impacto de la relación familiar en la configuración de la identidad del ser humano se ha estudiado fundamentalmente desde el prisma psicológico y psicoanalista. Ha quedado claro que la infancia es un momento clave para el individuo y que en ella se fijan patrones y conductas que se mantienen hasta la edad adulta.

Un estudio de la universidad neoyorkina de Cornell se ha centrado ahora específicamente en el rol de la madre con una perspectiva evolutiva: hasta qué punto condiciona la longevidad de sus criaturas. El equipo científico que lo ha llevado a cabo, integrado por dos neurólogos y un biólogo, plantean una hipótesis que va más allá de lo emocional para centrarse en lo puramente físico: la edad a la que llegan esos individuos a los que han dado vida.

Un modelo matemático basado en mamíferos

La investigación indicada no se sustenta en datos de humanos sino que establece una relación comparativa con respecto a otros mamíferos. El estudio de primates y otros animales cercanos en longevidad y sociabilidad al ser humano, como pueden ser las hienas, las ballenas o los elefantes, les llevó a analizar si en estos casos la relación materna es especialmente destacada. Y, efectivamente, constataron que aquellos animales que viven más han tenido un vínculo más largo y más acentuado con su progenitora que otros que no viven tanto.

Poniendo el foco solo en la lactancia, en el caso de los elefantes esta se puede alargar hasta los cuatros años de vida de las crías. Y no es la única especie donde sucede esto: en los cetáceos dentados (orcas, delfines...), las madres pueden prolongarla hasta los dos años de vida. La conducta migratoria de las especies condiciona esta dinámica: las madres se ven obligadas a alimentar a sus crías durante menos tiempo aunque al mismo tiempo pueden producir leche con mayor contenido en grasa.

En un ámbito tan diverso como es la fauna, hay muchos animales, quizás la mayoría, que desde que son crías desarrollan una vida totalmente independiente de sus dos progenitores, incluso sin depender de estos a nivel nutricional. Según este estudio, si la dinámica es la inversa, no solo condiciona la longevidad sino también la capacidad reproductora, por tanto mortalidad y fertilidad estarían igualmente comprometidas.

La importancia de esta investigación radica en que se proponen modelos matemáticos que puedan servir de base para continuar con la investigación y centrarla ya específicamente en el terreno de los seres humanos, a través de datos demográficos y otras variables.

Referencias

Zipple, M.N., Kern Reeve, H., Peniston, O.J. (2024). Maternal care leads to the evolution of long, slow lives, 121 (25). Proceedings of the National Academy of Sciences. https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2403491121

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2024-09-07T06:38:04Z dg43tfdfdgfd